Al Qaeda Hunting 3D

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Hace tiempo hablamos aquí de Assad Faluya, un arcade árabe que enfrentaba al jugador con las tropas de ocupación norteamericanas en Irak. Sí, un juego —bastante malo, la verdad— con un determinado mensaje político que transmitir.

Bien, hoy toca visitar la trinchera de enfrente.

Al Qaeda Hunting 3D apareció al calor de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Es un título interesante: trae un poco del sabor de aquellos días, del trauma que sufrió la sociedad norteamericana y la paranoia resultante, y ya de paso rememora parte de la propaganda que más tarde sirvió para preparar la guerra de Irak. También se trata de un jueguecillo de escasa calidad y creado con pocos medios; sin embargo, los autores —Incorrigable Games, hoy desaparecidos— tuvieron además el detalle oportunista de pretender venderlo a veinte dólares la copia, aprovechando que el clima era propicio. Esto desembocó en un artículo en Gamers Hell, en el que, con mucho humor, se señalaba lo obvio: Al Qaeda Hunting 3D no merecía la pena, y pedir dinero por él —¡diciendo además que una parte se donaría a las víctimas!— bordeaba la estafa. ¿La respuesta de Incorrigable Games? Una serie esquizofrénica, y realmente divertida, de insultos racistas y amenazas legales.

Veamos, ¿qué obtenía el comprador a cambio de sus veinte dólares? La oportunidad de dispararle a Osama bin Laden sin duda poseía su atractivo para el estadounidense medio en 2002; el problema es que aquí no hay nada más. Al Qaeda Hunting 3D cuenta con, atención, ¡dos niveles!..., que como mucho brindan media hora de partida. Más gracioso todavía: ambos mapas vienen a ser iguales, y supongo que pretenden representar dos trocitos de aquel complejo de cuevas que, cual base del Doctor Maligno, supuestamente tenían los chicos de al-Qaeda en las montañas de Tora Bora. Sin embargo, las cavernas rara vez resultan atractivas en los videojuegos, y éstas concretamente consisten en reducidos laberintos de estancias cuadradas, decorados con una única textura. Por lo menos los autores tuvieron el buen criterio de añadir objetos de adorno, tales como las obligatorias cajas y barriles, camillas o estanterías con libros, que le dan un poquito más de interés al escenario; no demasiado, por otra parte.

En nuestras andanzas por las mazmorras de al-Qaeda dispondremos de dos armas: la patriótica —un fusil M-16—, y la de los terroristas —el legendario AK-47, que el juego recomienda para darles de su propia medicina—; y ya está, nada más, ni una miserable granada..., disparad a los barriles explosivos en su lugar. En la práctica, las dos son iguales, y usar una u otra depende sólo de vuestros gustos.

Los enemigos... Esta parte tiene más gracia. Osama bin Laden aparte, existen más o menos media docena de variaciones de guerrillero afgano, incluido uno con..., ¡tejanos! Los modelos empleados para ellos son feos hasta el punto de resultar risibles —sólo mirad las capturas de pantalla, más abajo, y fijaos en las caras—, y el modo en que están animados..., bueno, parece que al-Qaeda hizo algunos ensayos rudimentarios de creación de zombis; en comparación con ellos, el pobre Frankenstein se movía con la agilidad de un danzarín cosaco. Además, adolecen de algunos defectos gráficos, en forma de polígonos que desaparecen y dejan ver el escenario que hay detrás; es como si algunas partes de sus cuerpos se volviesen transparentes de forma aleatoria, sin duda alguna misteriosa tecnología terrorista para lograr guerreros invisibles..., y que, al igual que sucede con la reanimación de cadáveres, todavía se halla en fase de experimentación.

Un aspecto fascinante de Al Qaeda Hunting 3D es su parte propagandística. El juego nos ofrece un rápido resumen de las ideas más burdas de la derecha militarista estadounidense, hasta el punto en que, sin pretenderlo, se convierte en una parodia. Por ejemplo, ¿alguien recuerda aquellos famosos lazos entre el régimen de Saddam Hussein y al-Qaeda, que luego demostraron ser..., inexistentes? Pues bien, Incorrigable Games parece que creía en ellos con fervor bolchevique, y por eso las cuevas que exploraremos en este arcade están repletas de cajas con la bandera iraquí —este Saddam, al menos podría haber disimulado un poco—. Además, este peculiar ejército de zombis islámicos se dedica, en sus ratos de asueto, a la lectura de libros en inglés titulados Death to America. Y, naturalmente, poseen el monstruo definitivo de nuestros propagandistas más paranoicos: armas de destrucción masiva, convenientemente etiquetadas en barriles.

No sé qué más añadir. El autor del artículo de Gamers Hell no exageraba mucho al comentar que yo podría hacer algo mejor que esto en menos de dos semanas, y sin dejar de trabajar aquí a tiempo completo; el juego es así de horrible. Y no por su mensaje, sino porque resulta feo, aburrido y chapucero. Si queréis arcades entretenidos y de calidad que os enfrenten a terroristas islámicos, probad Delta Force: Task Force Dagger, o America's Army. Ahora, si lo que buscáis es reíros un rato con algunos de los enemigos más ridículos que puede ofrecer un videojuego, pues..., ¡adelante!.

Y pensar que pedían veinte dólares por él... Hay una moraleja, claro: no compréis nunca nada en una página web llena de errores ortográficos, como era la de Incorrigable Games.

REQUISITOS DEL SISTEMA

• Procesador a 450 MHz (éste es el "mínimo de mínimos", en la práctica necesitaréis bastante más).
• 128 MB de RAM (recomendables 512 MB).
• 30 MB libres en el disco duro.
• Tarjeta gráfica de 32 MB.
• DirectX 7.0 o superior.
• Windows 98-XP-Vista (en éste último, ejecutadlo con permisos de administrador).

He comprobado que el juego es algo quisquilloso con las tarjetas gráficas. En mi ordenador no pasaba de 4-5 frames por segundo..., cuando sí puedo ejecutar de forma fluida World of Warcraft, que gráficamente es como cien veces más complejo que Al Qaeda Hunting 3D. No sé de dónde sacaría Incorrigable Games ese motor gráfico; seguramente del infierno.