Corridors of Power

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En 1999 Andrew P. Gardner comenzó a trabajar en el Retribution Engine, un motor gráfico gratuito pensado para la creación de videojuegos. Entre otras cosas, permite entornos totalmente tridimensionales, aceleración gráfica —por OpenGL—, luces dinámicas, niebla... Visualmente podría recordar al primer Half Life. A día de hoy —escribo esto en febrero de 2008— el proyecto sigue en marcha y continúan publicándose nuevas versiones.

Corridors of Power también es obra de Andrew P. Gardner. El juego probablemente se concibió como un ejemplo práctico de las posibilidades del Retribution Engine, y ambos crecieron juntos hasta agosto de 2003, cuando el autor publicó la versión 1.00 de Corridors of Power y lo consideró oficialmente terminado. Desde entonces, sus esfuerzos se han centrado exclusivamente en el motor gráfico.

Bien, este pequeño arcade sólo consta de siete niveles, que pueden superarse tranquilamente en una tarde. Nos sitúa en un mundo futurista en el que la humanidad ha sido esclavizada por medio del control mental y la simple y efectiva coacción física; la "elite", mientras tanto, vive cómodamente gracias al trabajo de sus siervos, aislada en sus palacios. Evidentemente no es una ciencia-ficción muy original; de hecho ni siquiera es ciencia-ficción... En fin, sucede que el protagonista, tras sufrir un accidente del que no se dan detalles, se hace de golpe consciente de la realidad en la que vive y decide rebelarse. Y deberá derrotar a un ejército de robots y matones a sueldo para acabar con la dictadura del capital..., digo, de la "elite".

Se trata de un juego bastante modesto que, como ya he dicho, parece haber sido creado principalmente para mostrar el funcionamiento del Retribution Engine. El problema es que no sé hasta qué punto lo consigue; el motor gráfico debe ser capaz de mucho más, porque los escenarios de Corridors of Power resultan bastante simples. Quizás Gardner es mejor programador que diseñador de niveles, o tal vez no tuvo tiempo de construir algo más elaborado: el caso es que se echan de menos unos mapas más complejos y detallados. Gran parte del juego consiste en pasadizos de ladrillo sin más adornos; también recorreremos un par de exteriores bastante esquemáticos. Aunque, para ser justo, debo reconocer que los últimos dos niveles, sin tratarse de nada memorable, suben un poco el listón y consiguen despertar el interés del jugador.

Los modelos de las armas y enemigos sí muestran un buen acabado; especialmente los enemigos —me gustan mucho esos robots macizos de color negro, poseen un aspecto simpático—. Realmente los gráficos no son malos, pero el Retribution Engine tampoco puede dar más de sí en unos escenarios de diseño tan soso. Como detalle positivo señalaré algunos eventos, bien manejados, que rompen la monotonía de la partida, tales como el robot que cae por el agujero o la apertura de las puertas de seguridad del segundo nivel.

Y esto es Corridors of Power; un jueguecillo modesto que tal vez haga pasar una buena tarde a los aficionados que quieran darle una oportunidad. A la gente interesada en la creación de videojuegos también puede interesarle, por echar una ojeada a un motor gráfico gratuito y libre —el código fuente del Retribution Engine se distribuye bajo la GPL—.

REQUISITOS DEL SISTEMA

• Procesador Pentium III a 700 MHz (el juego probablemente correrá bien en máquinas más limitadas, salvo las últimas batallas del séptimo nivel).
• 64 MB de memoria RAM.
• Tarjeta gráfica compatible con OpenGL (1.3 o mayor) y 16 MB de memoria.
• 45 MB libres de disco duro.
• Windows 95-98-XP.