Death Illustrated

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Existe una larga lista de arcades gratuitos. Y, aunque algunos no lo creáis, entre ellos uno puede encontrar cosas realmente buenas.

Tomemos, por ejemplo —y porque además tiene que ver con el comentario de hoy—, Cube. Su autor elaboró, allá por 2001, un motor gráfico bastante ágil y sencillo, y que tiene la capacidad de interpretar los mapas de forma dinámica: no necesitan ser precompilados antes de su uso. De esto resultó la característica más curiosa de Cube: ¡es posible hacer una pausa en la partida para ponerse a remodelar el escenario! Y como estamos hablando de un juego simple y fácil de modificar, bastante gente lo hizo, así que a partir de él han ido surgiendo otros shooters.

Y sí, uno de ellos es este Death Illustrated. Nació como una variante más de Cube y, como ocurre a menudo en estos casos, terminó convirtiéndose en un juego independiente. Su primera versión apareció en 2002; y los autores siguieron trabajando en el proyecto hasta finales de 2004, cuando lo abandonaron, probablemente por desánimo y falta de tiempo.

Si echáis un vistazo más abajo, a las capturas de pantalla, comprobaréis rápidamente que Death Illustrated no es un arcade como los demás. No, mi tarjeta gráfica no funcionaba mal; el juego usa sólo tonos de gris. Es como ver una televisión vieja en blanco y negro. Se trató de una apuesta arriesgada por parte de los autores, porque obviamente una estética así no iba a gustar a todo el mundo. Sin embargo, gracias a ella Death Illustrated resulta inconfundible; es la clase de experimento que una compañía comercial jamás se atrevería a hacer... Y, si os fijáis en las imágenes, "en blanco y negro" no implica necesariamente "feo". Un vistazo atento a las texturas, por ejemplo, demuestra que esta gente tenía bastante talento.

En realidad, los autores pensaban introducir algo de color en futuras versiones, manteniendo la idea original de un cómic en tres dimensiones. Tenían planes ambiciosos: preparar nuevas texturas y armas que abarcasen otros ambientes —futuristas, de horror, etc—, añadir muchos más mapas, y elaborar algo parecido a un selector de temas, que permitiría a cada jugador escoger el aspecto del juego en cada partida. Por desgracia, nada de esto llegó a materializarse. Y es una pena: si Death Illustrated en su estado actual resulta francamente interesante, uno sólo puede imaginar qué se hubiese podido conseguir si el proyecto hubiera seguido adelante.

Este arcade, al igual que Cube, está más bien orientado al multijugador, más concretamente las diversas variantes de deathmatch. No obstante, existen dos modalidades de juego en solitario. Una, llamada singleplayer deathmatch —preciosa contradicción—, consiste en escoger un mapa y resistir una invasión de monstruos. Y la otra se basa en "campañas", mapas o miniepisodios que poseen una jugabilidad más parecida a lo que suele ser habitual en el género: matar a los malos, encontrar las llaves y llegar hasta el final. Ambas variantes resultan divertidas, sobre todo por la calidad de los mapas; aunque claro, la experiencia nunca llega a ser tan intensa y sugerente como la que ofrece Quake, por ejemplo.

Hablando de mapas, Death Illustrated cuenta con un buen lote. Y la mayoría, como ya he dicho, son bastante buenos. El motor gráfico no trabaja realmente en tres dimensiones, y por ello no hay plantas superpuestas ni una geometría tan compleja como la del mencionado Quake: en cambio, encontraréis unos escenarios bonitos y con un detalle considerable. Me agrada especialmente el modo en que están combinadas las texturas en algunos de ellos.

Y a estos sugerentes niveles en blanco y negro hay que sumar la música. Consiste en una serie de temas con un sonido parecido al heavy metal, muy marchosos e incluso con algo de espectacularidad. Son una prueba más de que detrás de Death Illustrated había un grupo de personas con ganas y talento.

No es un juego perfecto, obviamente. Los enemigos, por ejemplo, los veo carentes de gracia, y al morir no dejan un cadáver completo sino un pedacito aleatorio de carne; cosa curiosa, todos exclaman die! al ver al jugador, incluso las arañas, que en teoría no deberían hablar. Y la selección de armas —escopeta, ametralladora, rifle láser y lanzacohetes— tal vez sea demasiado básica. Pero, por otra parte, la acción es realmente ágil; comparado con otros arcades, Death Illustrated, al igual que Cube, resulta muy rápido y simple.

En fin, creo que a mucha gente le gustará, aunque su estética no sea para todo el mundo. Al menos, yo he disfrutado bastante con él, y seguramente lo probaré en multijugador en cuanto tenga ocasión.

REQUISITOS DEL SISTEMA

Los autores no especificaron nada sobre esto. Pero Death Illustrated es una variante de Cube, así que podemos extrapolar:

• Pentium II a 200 MHz (ojo, según los autores de Cube esto es el mínimo absoluto, y muchos de los mapas de Death Illustrated, dada su complejidad, resultarán injugables; se recomienda un procesador a 500 MHz).
• 64 MB de memoria RAM (recomendados, como poco, 128 MB).
• 45 MB libres en el disco duro.
• Tarjeta gráfica con aceleración 3D; en teoría podría servir algo tan modesto como una Nvidia TNT2, pero naturalmente es preferible algo mejor.
• Windows 98-XP-Vista. También hay un ejecutable para Linux.