Island Peril

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En Arcades 3D comentamos por primera vez este juego en 2005. Sin embargo hoy, siete años después, he releído ese modesto análisis de cinco párrafos y me he encontrado negando con la cabeza. Porque, veréis, Island Peril no podía despacharse de esa forma tan insípida, como un vulgar trámite burocrático. Se trata, después de todo, de una de las piezas más curiosas de nuestra colección: si esto fuese un museo, estaríamos hablando del esqueleto fosilizado de un tiranosaurio con enanismo que nació manco y con dos colas... Así que, ¡pasen y vean este singular espécimen!

Bueno, empecemos por los datos más generales. Este juego vio la luz de la mano de Atlantean Interactive Games; probablemente publicado, con premeditación y alevosía, para las navidades de 1995. No está claro del todo, porque algunas fuentes lo sitúan en 1996; varios de los ficheros originales se hallan fechados el 18 de diciembre de 1995, así que en todo caso podemos asegurar que no salió antes de ese día. Y ya en las tiendas fue, por lo demás, mayormente ignorado por el público. Por razones obvias, claro, para cualquier lector que mire un poquito más abajo las capturas de pantalla.

Un detalle que os divertirá: Atlantean Interactive era, en realidad, una subdivisión de Vivid Entertainment, importante compañía norteamericana dedicada..., al cine porno —por alguna de esas ironías del destino, los Estados Unidos producen en cantidades industriales tanto pornografía como fundamentalistas religiosos—. Quizás alguien dentro de Vivid concluyó que sería interesante diversificar operaciones, y adentrarse en el mundillo de los videojuegos de bajo presupuesto. Sin embargo, la experiencia tuvo escaso recorrido; y tras unos cuantos titulillos, que van de lo mediocre a lo execrable, cesaron por el bien de todos su actividad. Su obra más conocida es Cat Fight, que además de resultar infame despertó cierta polémica por su sexismo.

Island Peril, en cambio, no menosprecia de forma tan flagrante a la mujer; más bien a la sociedad en general, y en particular a los insensatos que lo comprasen original —aunque sospecho que cabrían todos en un autobús—. Porque hay que tener los huevos cuadrados y ganas de reírse del mundo para publicar un adefesio como éste. De todas formas, algo he de reconocer a los autores: también sabían reírse de sí mismos, no se tomaron el proyecto demasiado en serio, y por ello el juego posee un tono ligero e irónico que es de agradecer.

¿El argumento? Épico como la historia de Gilgamesh... Tenemos a un protagonista llamado Dick Danger —sí, "Dick" puede traducirse como imagináis; y sí, es deliberado—, y a un malo conocido simplemente como "Evil Boss" —es decir, "Jefe Malvado"—. Y resulta que "Evil Boss" ha raptado por alguna razón a la novia de Dick, Samantha "Sweet-Cheeks" Smith; la pobre, además de sufrir uno de los motes más cursis que se le pueden poner a una mujer —¿"Dulces Mejillas"?—, no tiene otra misión que lucir sus pechugas como buena chica florero..., y ésa es una de las pocas alegrías que os dará Island Peril, ahora que lo pienso. Obviamente deberéis rescatarla de las garras del malo. Y ya; ¿acaso esperabais algo más?

El juego incluye unas cuantas secuencias de vídeo con actores reales. No relatan nada, de todas formas, y carecen de mayor relevancia. Os permitirán admirar fugazmente las curvas de Samantha, eso sí, y recibir amenazas y fanfarronadas de "Evil Boss" y sus ridículos esbirros. Pero he de confesar que suponen el mayor aliciente que ofrece este arcade: son graciosas, a su manera —y se trata de un efecto que sus creadores obviamente buscaron—. Ocurre que esas actuaciones atroces logran hacer bueno el cine de Troma o el de los impresentables de The Asylum. Mención destacada merece la introducción: indescriptible, con el malo dando lo mejor de sí, tan histriónico como nuestro entrañable Hugo Chávez.

Aunque igual debería haberme reservado la palabra "indescriptible" para referirme a los gráficos. Creo que no estoy exagerando: Island Peril es uno de los videojuegos más horribles que he visto nunca. Sí, sé que existen otros títulos que resultan todavía peores, y que por tanto uno no puede tener fe en la humanidad; pero estaréis de acuerdo conmigo en que el grado de fealdad de esta..., cosa que publicó Atlantean va mucho más allá de lo habitual. La mayoría de las texturas lucen distorsionadas y sucias, con píxeles de tonos aleatorios repartidos aquí y allá. Y los sprites parecen en muchas ocasiones simples esbozos improvisados en cinco minutos por algún chiquillo, colores chillones incluidos. En concreto, los enemigos sufren un poco de ambos defectos: unos —los humanos— están digitalizados sin mucha gracia a partir de figurantes, mientras que otros —las máscaras mágicas— fueron dibujados en cuatro ratos con algún programilla similar al Paint de Windows. El resultado final es un juego sin ninguna armonía visual, que pondrá a prueba la capacidad de vuestros ordenadores de renderizar basura.

¿Y qué decir de la música y los efectos de sonido? Las melodías ambientales suenan un poco a película porno, de lo cual ya no sé si sorprenderme, viendo de dónde venía Island Peril; aunque también poseen cierto parecido a la música de ascensor. Para entendernos: cuatro notas que se alternan sin entusiasmo, grises y repetitivas. Y los efectos de sonido —voces, disparos, etc—, simplemente risibles: cada vez que nuestro querido Dick Danger reciba algún balazo y le oigáis quejarse miraréis la pantalla con incredulidad, estoy seguro, pensando "¿a qué especie animal pertenece en realidad el protagonista? ¿Cómo grabaron exactamente ese gruñido? ¿No es esta partida a Island Peril el momento más bajo de toda mi vida?".

La acción, y no me preguntéis de qué forma, consigue entretener a ratos muy esporádicos... Pero no me malinterpretéis: yo la describiría más bien como tediosa, confusa y carente de chispa. Y lastrada, además, por unos controles difíciles que no se os permite configurar —buena suerte cuando intentéis correr y saltar al mismo tiempo—. Cuenta con algún detallito atípico, como el hecho de poder comprar munición en máquinas expendedoras si habéis recogido el dinero suficiente, o el de disponer de una..., ¡pistola de agua!, que encima resulta que sirve para algo. También he de añadir, claro, que la inteligencia artificial es lamentable, con enemigos que quedan bloqueados tras los obstáculos del escenario y otras pifias. Y, hablando de los adversarios, y ya como propina: podéis atravesarlos como si fueran fantasmas, aspecto éste muy revelador de cómo fueron de exigentes con su propio trabajo los autores del juego.

¿Qué más decir? Island Peril es tan malo que Amnistía Internacional lo cataloga como método de tortura, y vosotros acabaréis prefiriendo incluso la televisión. Va, en serio: descargadlo, reíros un rato de él —¡ah, esas alucinantes secuencias de vídeo, con un portero de discoteca haciendo de "dios vudú"!—, y después borradlo de vuestro sistema sin dejar rastro, antes de que vuestras neuronas comiencen a morir por millones.

REQUISITOS DEL SISTEMA

• Procesador 486 a 66 MHz.
• 8 MB de memoria RAM (16 MB si jugamos bajo Windows).
• 10 MB libres en el disco duro.
• Tarjeta gráfica VGA - SVGA.
• MS-DOS 5.00 o superior / Windows 95-98-XP.