- Por Eye del Cul
(Editado por última vez el 17 de julio de 2017).
Bueno, después de siete años comentando arcades para esta página, por fin ha llegado el momento: Underash, el videojuego que en 2001 osó contar la otra parte del conflicto entre Israel y los árabes... Con el tiempo han ido surgiendo otros títulos que abordan el eterno caos de Oriente Medio desde la misma perspectiva —por ejemplo, Assad Faluya, ambientado en la última guerra de Irak, o los dos Special Force que han publicado los libaneses de Hezbollah—, pero Underash sigue siendo el ejemplo más conocido aquí en Occidente.
El juego fue desarrollado por una compañía siria llamada Afkar Media. Sus programadores, con Radwan Kasmiya a la cabeza, lo concibieron como una réplica a arcades del sesgo de la serie Delta Force y similares, en los que los árabes o —en un sentido más general— los musulmanes suelen hacer de malos. Así que aquí los papeles habituales se invierten, y Underash nos pone en la piel de Ahmad, un joven palestino que lucha contra el ejército israelí durante la Primera Intifada; sus andanzas comienzan lanzando piedras contra los soldados durante unos disturbios y terminan asaltando posiciones militares en los Altos del Golán.
Como supondréis, este arcade se convirtió en todo un éxito en los países árabes; la primera edición de diez mil copias se agotó en sólo una semana —puede parecer poca cosa, pero estamos hablando de lugares en los que no todo el mundo posee un ordenador, y la piratería alcanza el 90%—. En Europa y Estados Unidos, que yo sepa, nunca llegó a publicarse; pero en el segundo caso su mera existencia provocó cierta polémica, con los inevitables periodistas escandalizados aleccionando al público sobre antisemitismo, violencia en los videojuegos, enaltecimiento del terrorismo y demás tópicos. Y de un modo que no deja de ser bastante gracioso, Underash terminó siendo atacado desde dos frentes opuestos: los comentaristas proisraelíes, naturalmente, lo consideraron propaganda peligrosa del enemigo, mientras que algunos grupos radicales palestinos protestaron precisamente porque creyeron que le faltaba propaganda. En fin, el ser humano es imprevisible..., ya, vale, no tanto.
Y el caso es que quizás, a su manera, los extremistas palestinos tuviesen cierta razón. El juego no hace apología de la violencia —no más que cualquier otro título del género, quiero decir—, ni expone sin más un determinado programa político; dentro de lo que podría esperarse posee un tono un tanto mesurado. Claro, tampoco es imparcial, ni lo pretende. Pero algunas de las situaciones que presenta son reales: la demolición de hogares árabes y las colonias judías en los Territorios Ocupados obviamente existen.
Técnicamente, Underash es un trabajo competente, aunque no esperéis el refinamiento de maravillas de la época como Quake 3 Arena. El motor gráfico, por ejemplo, no resulta tan completo como el de Unreal, aparecido tres años antes; sin embargo, requiere más o menos el doble de máquina. Y la inteligencia artificial funciona también de una forma muy básica. Eso sí, el mérito donde corresponde: los niveles están bastante bien, muestran escenarios detallados y realistas. Existe incluso una recreación de la famosa Cúpula de la Roca, en una etapa del juego que representa unos altercados en Jerusalén y en la que hay que rescatar civiles heridos. En el aspecto sonoro cumple sin mayores alardes; las armas suenan convincentes, y las melodías ambientales, con sus más y sus menos, poseen cierta calidad y resultan pegadizas.
Ahora, el juego es difícil, bastante difícil. Para empezar, Underash rompe algunas de las convenciones del género. Al contrario que en otros arcades en primera persona, unos pocos disparos bastan para matar al jugador, no existen botiquines ni ningún otro modo de recuperar vida, y tampoco se da la posibilidad de guardar la partida durante la acción; cada nivel debe superarse de un tirón, sin morir ninguna vez. Todo esto añade tensión y realismo, pero también hace que la experiencia resulte a ratos frustrante: repetir veinte veces el mismo mapa hasta que todo salga bien no resulta demasiado divertido.
Por lo demás, y como ya supondréis, Underash está en árabe, algo que lo vuelve un poco impenetrable para los que no lo comprendemos; esto se ve acentuado por el hecho de que muchos niveles requieren cumplir tareas especiales, más allá de matar a todos los malos. Creo que se publicó también una edición en inglés —y la demo, al menos, sí que permitía escoger el idioma—, pero si es así no la he podido localizar.
Ah, se me olvidaba... El obligatorio "punto por Kaláshnikov", aunque por lo que he jugado hasta el momento el mítico fusil ruso aparece sólo muy de cuando en cuando.
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Pulsad sobre ellas para verlas en su tamaño original:
Underash para descargar... Se trata de una imagen de CD-ROM hecha con CloneCD, que podéis montar luego con Daemon Tools, MagicISO u otros programas similares. Pesa unos 300 MB:
La gente de Afkar Media también publicó una versión de demostración, que incluye solamente el cuarto nivel del juego completo. Sin embargo, esta demo sí que da la posibilidad de escoger el idioma, árabe o inglés. Y quizás funcione sin mayores problemas en Windows XP/Vista, no lo he comprobado. Pesa unos 30 MB:
Por último, también es posible encontrar el juego en las siguientes páginas gratuitas... Bueno, esta vez sólo hay una:
Pues eso, la web sobre el juego que mantenían sus creadores, rescatada de la tumba en el Internet Archive. Aunque en la actualidad estaba dedicada sobre todo a su secuela, Under Siege, y las secciones referentes a esta primera parte son un poco difíciles de encontrar. En realidad no era un sitio muy bien organizado.
Radwan Kasmiya, la cabeza visible detrás de Underash y otros títulos de Afkar Media, da su opinión sobre el juego, su secuela, y otras cuestiones más abstractas como los estereotipos en los videojuegos.
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