Cybermage: Darklight Awakening

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Se trata de un atípico título publicado por Origin en 1995; sí, digo "atípico" porque se sale de los lugares comunes del género de los arcades en primera persona. El juego reúne características propias de ellos —principalmente la acción, y las llaves y palancas para acceder a nuevos niveles y zonas del escenario—, con otros detalles más habituales en los juegos de rol; por ejemplo, nuestro personaje irá haciéndose más fuerte y conseguirá nuevos poderes conforme avancemos en la partida, existe una trama que cumplir, unos objetivos determinados más allá del clásico "mata a todo lo que se mueva", e incluso algunos personajes destacados con los que hay que interactuar. Esto, unido a un argumento que bebe bastante del cyberpunk, hace de Cybermage: Darklight Awakening un título más parecido a experimentos como System Shock que a arcades convencionales del estilo de Doom o Heretic.

El juego nos traslada a un decadente mundo futurista, en el que deberemos destruir a nuestro archienemigo Necrom, un tío muy malo que le quiere amargar la vida a la peña. Aunque hay otros elementos que no esperaríamos encontrar en una ambientación así; por ejemplo, la magia —justificada aquí con algo llamado "luz oscura", que recuerda a la Fuerza de La Guerra de las Galaxias—, o los templos y cavernas de los últimos niveles. Se trata de una mezcla que promete mucha variedad, pero no siempre resulta creíble.

Pero primero veamos los aciertos de Cybermage. Su estética y aspecto gráfico están muy cuidados, y veremos sprites y texturas de mucha calidad; sobre todo destacan los sprites, muy bien detallados y que además cuentan con muchas vistas, de forma que podremos mirar cadáveres y objetos del escenario desde distintos ángulos. La música y efectos de sonido tampoco defraudan. Otro aspecto muy interesante es nuestra libertad de movimientos: no sólo podemos correr, saltar, agacharnos y demás, sino que tenemos la posibilidad de usar vehículos, como tanques o coches voladores. Y aún hay más: en la ciudad hallaremos tiendas en las que comprar armamento y suministros, y formas de ganar dinero como las apuestas en el coliseo o las tragaperras.

El motor gráfico del juego tiene sus peculiaridades. Permite mostrar plantas superpuestas, aunque en líneas generales parece poco flexible... Sin embargo, los diseñadores de niveles le sacaron gran partido, y de hecho existen algunos escenarios —sobre todo las etapas urbanas— realmente memorables.

No obstante, Cybermage: Darklight Awakening no está exento de problemas, algunos bastante sorprendentes en un título que parece tan pulido. Por ejemplo, los diálogos y el sonido. Cuando nos encontramos con personajes importantes que tengan cosas que decirnos, sus monólogos pueden escucharse digitalizados, o bien leerse en la pantalla mediante bocadillos con texto; los hispanos con poco oído para el inglés encontramos preferible esta última opción... Pero por alguna razón misteriosa, no es posible tener al mismo tiempo sonido —y esto incluye la música y ruidos ambientales— y globos de texto. Para poder leer las conversaciones en la pantalla hay que arrancar el juego desactivando el sonido, desde la línea de comandos de Windows/MS-DOS (escribid CM-HI -x). Así que, si el jugador no angloparlante quiere enterarse de las sutilezas del argumento —cosa imprescindible para progresar—, tiene que dejar el juego mudo.

Ya de paso diré que este arcade pierde interés en las últimas etapas. Después de la zona de guerra y de nuestro primer encuentro con Necrom hay poco que rascar, y la acción se va convirtiendo paulatinamente en una serie de tiroteos y laberintos sin mucho aliciente, con el agravante de algunos rompecabezas bastante frustrantes. Es una pena, porque la primera mitad del juego resulta, sin duda, muy buena y prometedora.

Resumiendo: Cybermage: Darklight Awakening comienza como System Shock, pero termina como Tekwar. De todas formas, aun con estos defectos os recomiendo que le echéis un vistazo porque cuenta con muchas ideas interesantes.

REQUISITOS DEL SISTEMA

• Procesador 486DX a 66 MHz (recomendable un Pentium a 90 MHz o mejor).
• 8 MB de memoria RAM, con 400 KB libres de memoria convencional (recomendables 16 MB de RAM).
• 60-70 MB libres en el disco duro.
• Tarjeta gráfica VGA o SVGA.
• Versión 5.00 de MS-DOS o superior / Windows 95-98.