Isle of the Dead

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Si menciono a Merit Software a mucha gente le vendrá a la cabeza aquel horrible videojuego llamado Fortress of Dr. Radiaki. Por suerte todo lo que hicieron no fue tan malo como aquello; y el título que nos ocupa ahora, Isle of the Dead, pone el listón un poco más alto.

Isle of the Dead es un buen ejemplo de todos aquellos clones de Wolfenstein 3D que aparecieron en la primera mitad de los años noventa; y de hecho, en su aspecto técnico no se aleja demasiado de lo que ofrecía el clásico de Id Software. Aquí recorreremos los consabidos mapeados planos, con un brillo uniforme y ángulos de noventa grados. Sin embargo, este juego también introduce bastantes elementos de cosecha propia, intentando marcar distancias con los arcades más típicos.

Más que a Wolfenstein 3D, Isle of the Dead recuerda a títulos como Bram Stoker's Dracula; combina características de los arcades en primera persona —la vista subjetiva con un arma apuntando al escenario, multitud de enemigos a los que habrá que enfrentarse, etc— con otros rasgos más propios de las aventuras gráficas. Por ejemplo, el inventario; en el mundo de Isle of the Dead hay muchos objetos que deberemos recoger y utilizar en las situaciones adecuadas, o incluso combinarlos entre ellos. Pero el detalle más llamativo lo encontramos en la existencia de dos modos de juego, por decirlo así; por un lado tenemos la acción usual de un First Person Shooter, y por el otro ciertos lugares especiales, representados no en tres dimensiones sino con detallados gráficos estáticos, y por los que nos moveremos con la vieja técnica de los pantallazos. En estos rincones no hay monstruos a los que combatir, sino cosas que hacer para que la trama del juego avance.

¿Trama, has dicho? Sí, Isle of the Dead tiene de eso..., pero no os imaginéis nada extraordinario. Un avión se ha estrellado en una remota isla, y en el choque han muerto todos los pasajeros y la tripulación. ¿Todos? Evidentemente, no; el único superviviente es nuestro protagonista, que deberá encontrar el modo de volver a la civilización. Pero no resultará fácil; por si no fuese suficiente sufrir un accidente aéreo, tenemos además al típico científico chiflado y su horda de muertos vivientes para conquistar el mundo, o algo así.

Y eso viene a ser el juego. Iremos de aquí para allá, recorriendo la isla en busca de los objetos y pistas necesarios para ir progresando mientras intentamos sobrevivir al acoso de decenas de zombis. Quizá pueda sonar emocionante, pero vaya, no lo es. Isle of the Dead intenta ser al mismo tiempo un arcade en primera persona y una aventura gráfica, y en ambos aspectos se queda corto. Para empezar, la acción resulta reiterativa y poco estimulante; aunque hay algunos momentos tensos, carece de la velocidad y la adicción de Wolfenstein 3D, por poner un ejemplo. Respecto al modo de aventura, pues bueno, también podría mejorarse; el manejo del inventario se hace un poco confuso, y en ocasiones uno no sabe qué objeto está usando.

Teniendo en cuenta que se trata de un título de 1993, no está tan mal... Aunque tampoco sea un clásico inolvidable, claro. Al menos trae una buena dosis de sangre y tripas, cosa que gustará a ciertos jugadores.

REQUISITOS DEL SISTEMA

• Procesador 386 (Recomendable un 486 a 33 MHz).
• 4 MB de memoria RAM.
• 15 MB libres en el disco duro.
• Tarjeta gráfica VGA - SVGA.
• MS-DOS / Windows 95-98. En Windows XP probablemente habrá que jugarlo con algún emulador.